… Y los trabajadores qué!!!
Tras la decisión de la Diputación Foral de Gipuzkoa de rescindir el contrato de construcción del tramo Antzuola- Bergara, ELA iniciará una ronda de contactos con las empresas y los diferentes partidos
políticos para tratar de buscar soluciones a la
dramática situación que están viviendo los y las trabajadoras de esta obra.
El Diputado general de Gipukoa observa el tramo
de Deskarga.
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Que,
ya desde el comienzo, desde ELA denunciamos que las condiciones de adjudicación
foral de la obra a la UTE LAPATZA adolecían de importantes defectos que,
estimábamos, harían imposible una mínima normalidad en el desarrollo de la
misma. No era difícil imaginar que con los 40 millones (excepto IVA) en los que
finalmente se adjudicó (37% de rebaja con respecto a lo licitado inicialmente= 23
millones de “ahorro”), la cosa no daba para cubrir mínimamente la legalidad vigente.
Hay que añadir también que desde la esfera política no se podía alegar
desconocimiento al respecto, ya que los propios técnicos de Diputación ya advertían
en la licitación un coste de la obra muy superior.
Desde
ELA siempre se ha denunciado públicamente la evidente incompatibilidad de estas
políticas de adjudicación con cuestiones tan básicas como la seguridad y salud
de los operarios, así como de sus condiciones sociolaborales (salario, jornada,
maquinaria, etc.,). Desgraciadamente, lejos de corregirse estas políticas, se
optó por la táctica de “matar al mensajero”, acusándonos de “alarmismo injustificado”
y hasta de ¡“persecución política”!.
Viendo
lo sucedido, no nos duelen prendas al manifestar que ojalá hubiera sido así y
no hubiéramos tenido que vivir en directo y a pie de obra lo allí acontecido.
La terrible tragedia que supuso la pérdida de una vida humana, la ocultación de
otro grave accidente que sólo por suerte no acabó igual, el deterioro constante
de las más básicas normas de seguridad, la no aplicación del preceptivo
Convenio Colectivo del sector,….todo ello fruto y consecuencia de esa
estrategia política del rápido-rápido
y barato-barato tan firmemente
arraigada en nuestras instituciones públicas. Y es que el verdadero problema no
radica tanto en quién hace la obra, sino en quién decide políticamente cómo se
tiene que hacer dicha obra.
Los perdedores…..los de siempre.
Aquí,
los perdedores, han sido y son los de siempre. Perdedores, los trabajadores que
dejaron la vida y/o la salud en este despropósito; perdedores los que, salvando
la integridad física, se quedaron sin cobrar lo que les correspondía y
perdedores ahora ya todos, con los despidos, cierres de empresas arruinadas y
la abrupta paralización de la obra.
ELA
no va a dar la espalda a estos trabajadores y familiares que tanto han sufrido
y perdido. Para ELA esta obra no ha acabado y va a exigir responsabilidades a
quien corresponda.
ELA
iniciará una ronda de contactos con las empresas y los diferentes partidos políticos
con representación en la Diputación Foral de Gipuzkoa para tratar de buscar soluciones a esta
dramática situación que están viviendo los y las trabajadoras de esta obra.
Una decena de denuncias
Una
decena de denuncias presentadas por ELA y ratificadas con posterioridad por las
autoridades competentes, más todo el rosario de tragedias e incidentes citados,
han acabado por darnos la razón. Y nada más lejos de nuestra intención que
“tener razón” en temas como estos. Sobra decir que preferiríamos mil veces
poder pasar inadvertidos, comprobando in situ cómo las cosas se desarrollan
merced a la legalidad vigente y sin sobresaltos. Pero esto, hoy por hoy, es pura
ciencia-ficción….al menos mientras no experimente un giro copernicano la sensibilidad
social de nuestros políticos.
Hay que estar más en la obra
La
diferencia entre la moqueta institucional y el barro de los tajos va bastante
más allá de la confortabilidad de una o el pringue consustancial al otro. Pisar
el barro, permite conocer de primera mano lo que sucede y, a su vez, poder
poner remedio antes de que suceda lo inevitable. Nada de esto se ha hecho desde
la institución foral y las consecuencias están a la vista de todos.
Para
terminar, les guste o no, ELA va a seguir siendo ese agente social incómodo que
no tiene ni tendrá complejo alguno en denunciar y perseguir las irregularidades
que se cometan en toda clase de obra pequeña o grande, pública o privada. Desde
ELA exigimos un cambio radical en las políticas de adjudicación, haciendo prevalecer
la dignidad y seguridad de los operarios sobre otros intereses espurios.