domingo, 11 de marzo de 2012

Si no denuncias, trabajas


"Somos una mierda para ellos", dicen dos trabajadores venidos de Madrid a las obras del TAV
 
NOTICIAS DE GIPUZKOA 11/03/2012
ANTONIO y Carlos llegaron de Madrid hace casi un año para trabajar en un tramo guipuzcoano de las obras del Tren de Alta Velocidad (TAV), en nómina de una empresa valenciana subcontratada. Sin embargo, han terminado denunciando a su compañía ante la Inspección de Trabajo. No es lo habitual. Desde la libertad que les da el haber roto las cadenas que les ataban a unas "condiciones de trabajo precarias", explican a este periódico cómo han vivido lejos de sus familias los últimos once meses. Lo hacen junto a responsables y delegados del sindicato ELA, y a 40 metros de otra obra que la central sindical ha ido a controlar, viendo cómo trabajan otros.
"¿Te acuerdas? -interpela Antonio a un delegado-; nos venías, y ¿qué te decíamos siempre? Tranquilo, que como subáis aquí y nos vean con vosotros, nos echan. Pero ya nos da igual. Somos una mierda para ellos y ves que no tienes nada que perder", explican Antonio y Carlos. El primero, de 41 años de edad, lleva 22 en la construcción; y el segundo, de 33 años, acumula otros quince de experiencia. Ambos han superado ese miedo que, según afirman los responsables sindicales, tiene "un trabajador de fuera ante un sindicato, ya que saben que si se cumple el convenio de Gipuzkoa en las obras públicas, ellos se pueden quedar fuera".
"Venimos a denunciar que nos pagan a siete euros la hora, haciendo diez horas, como mínimo, todos los días; con jornadas de 16 horas que hemos echado, de 14, 13, 12; sábados, algún domingo también... Y el precio no varía: siete euros la hora; siempre lo mismo", dice Antonio. Según añade Carlos, "ahí va todo metido, las pagas, las vacaciones, la liquidación... Lo que yo estoy ganando ahora, que soy oficial de primera, lo ganaba ya con 18 años, de peón. Ganamos entre 1.200 y 1.300 euros".
Pero ya ni eso, porque desde el pasado día 2 están en paro. La posibilidad de seguir trabajando en las obras del TAV en Arrasate, en el mismo puesto que tenían hasta ahora, estaba en sus manos. Tenían que decir a una oferta que les pareció "inaceptable": "Nos dijeron que estaban contentos con nosotros y nos iban a poner en contacto con otra empresa que iba a sustituir a la nuestra en la obra; que negociásemos con ellos las condiciones: en vez de a 7, nos ofrecían 10 euros la hora y nos daban otros 15 al día para pagar el piso, la comida y todo (el convenio de Gipuzkoa fija una dieta diaria de 39,01 euros por pernoctar fuera del domicilio propio). Nos pidieron que firmáramos la baja voluntaria con nuestra anterior empresa y que al que denuncie, que es lo que vamos a hacer nosotros, a la calle".
En realidad, su rúbrica significaba una renuncia incondicional: perder el derecho que habían acumulado ambos en los once meses anteriores para disponer de una prestación de desempleo ante un eventual despido, y evitar la indemnización que les correspondía por parte de la subcontrata a la que pertenecían, que "ya debía atrasos".
Según indica un responsable comarcal de ELA, "lo que les están diciendo es que yo te doy trabajo, pero olvídate de reclamarme lo que has dejado de cobrar en estos once meses que has estado con nosotros. La empresa sabe que con los atrasos, y llevando el tiempo que llevaban en la obra, por la diferencia salarial con el convenio, estábamos hablando, al final, de una cantidad de unos 24.000 euros que les deberían pagar de más. Tenéis trabajo, les dice la empresa, siempre y cuando no me denunciéis... pero no les garantiza por cuánto tiempo". "Luego te echan y se te queda cara de tonto", añade unos de los afectados, Antonio.
No aceptaron. Su despido tuvo que ir a corroborarlo un inspector de Trabajo, que personalmente les recomendó acudir al puesto de trabajo al que les dijeron que no volvieran. Según Carlos, "no nos dieron la carta de despido". Con la constatación de que no les dejaron acceder a las obras, ahora ya tienen dónde agarrarse.
Según apunta el responsable de construcción de ELA en Gipuzkoa, Igor San José, "solo con la nómina que aporten estos trabajadores en la Inspección, si no paga la empresa subcontratada, va a tener que hacerlo la UTE. Estas denuncias las ponemos y las ganamos. Lo más difícil va a ser demostrar el número de horas que han metido. Esa es otra historia. En la construcción se permite denunciar incluso a la promotora, que en este caso es Adif y sabes que no se va a declarar insolvente. La pequeña puede hacerlo, pero la responsabilidad subsidiaria de quien la contrató está ahí".
Según apunta uno de estos empleados despedidos, Carlos, "hasta ahora hemos aguantado por necesidad. Pero ya vale".

domingo, 4 de marzo de 2012

ELA denuncia la subcontratación "abusiva" en las obras públicas para eludir el convenio

"Lo que más fastidia es que te dicen a la cara que el obrero guipuzcoano sale caro"

 
"Muchos trabajadores no se atreven a denunciar, te dicen que están a gusto con 1.000 euros y que no tienen otra cosa"
 

Representantes de ELA, en una visita a unas obras; al fondo, Carlos y Antonio, dos trabajadores de Madrid que han denunciado las condiciones en las que trabajaban en el TAV.
Representantes de ELA, en una visita a unas obras; al fondo, Carlos y Antonio, dos trabajadores de Madrid que han denunciado las condiciones en las que trabajaban en el TAV
 
Alberto Bezunartea y Antonio Abad delegados de ELA en empresas de Gipuzkoa
Donostia. Mientras Gipuzkoa cuenta con 4.449 desempleados en el sector de la construcción -hace exactamente cinco años eran 1.553-, la gran mayoría de trabajadores de las obras públicas que se están llevando a cabo en el territorio las realizan, según estimaciones del sindicato ELA, trabajadores de fuera del territorio en un 80%: foráneos en un grado muy alto y cuyas condiciones laborales son mucho peores que las que recoge el convenio provincial de la construcción.
¿Qué sucede? Según ELA, lo que se está produciendo es una "subcontratación abusiva" que lleva, por ejemplo, a que una importante empresa guipuzcoana "que está en las obras del TAV tenga allí solo a tres de sus trabajadores, y todo lo demás lo tenga subcontratado".
En el origen del problema, ofertas a la baja que reducen el precio de licitación en la obra pública hasta niveles por encima del 40%, y con una media en torno al 30%. La consecuencia para las empresas y trabajadores del territorio, según ELA, una "competencia desleal" de compañías de toda la geografía española y portuguesa que emplean a trabajadores en condiciones de "semiesclavitud".
Un equipo del sindicato nacionalista formado por una docena de personas lleva dos meses recorriendo a diario obras en las que hay dinero público invertido y pidiendo reuniones con los agentes implicados: Diputación, ayuntamientos, Gobierno Vasco, UTEs y trabajadores. "Presionando a las instituciones públicas y empresas privadas" y "animando" a los empleados que padecen estas condiciones a que denuncien su situación. El objetivo es que se cumpla el convenio de la construcción de Gipuzkoa "al menos en las obras públicas que se hacen con el dinero de todos".
En esta lucha contra corriente han conseguido que las obras que salen a licitación en Gipuzkoa incluyan ya en los pliegos de condiciones la obligatoriedad de cumplir con el convenio territorial. Así se lo pidieron las Juntas Generales, con el apoyo generalizado de los partidos, al Gobierno foral en noviembre de 2010. También cuentan con una proposición no de ley que, también con el respaldo unánime de la Cámara, instaba el pasado noviembre al Gobierno Vasco a incluir de forma expresa en los pliegos de condiciones de obra pública, el cumplimiento de los convenios territoriales.
Pero en el barro de la obra, la realidad es tozuda y los pasitos logrados a través de la presión sindical no tapan todo lo que queda por hacer. "Hemos conseguido que en las obras de la variante de Hernani y la ampliación del Parque de Miramón en Galarreta, el problema se haya solucionado en parte, en lo referente al salario base y horarios; pero, a convenio, no están. Quedan cosas por corregir. Por lo menos, en estos casos se nota que a las a las 19.00 horas se para la obra. Antes trabajaban hasta la madrugada", dicen
El delegado sindical de Obegisa en la UTE de la variante Hernani, Alberto Bezunartea, y otro compañero de ELA en Altuna y Uria, Antonio Abad, exponen a NOTICIAS DE GIPUZKOA las penas de la obra pública, la crudeza del día a día: Lo que veo es que el 80% de los que estamos trabajando son portugueses, rumanos y gente de países del Este, que cada vez vienen más. Y el resto son de aquí. El problema no es que sean de fuera, sino que no están a convenio y les pagan lo que quieren. Y al final eso es una competencia desleal. Y lo que estoy viendo es que se está cogiendo todo subcontratado", dice Bezunartea.
"Es que se ha perdido totalmente el sentido de la subcontrata", añade Abad: "Ya no son especialistas que hacen trabajos que tú no puedes hacer en tu empresa; hoy en día se suple cualquier cosa, un chispas, un albañil... todo". "¡Se subcontrata hasta para hacer arquetas!, que te las hace cualquier peón con cuatro maderas", exclama Bezunartea: "Y les pagan lo que quieren".
"Estos trabajadores no se atreven a denunciar su situación; muchos te dicen que están a gusto con 1.000 euros y que no tienen otra cosa. Ellos lo reconocen: Sé que me están engañando, pero si denuncio, no trabajo más, reproduce Igor San José, responsable de ELA.
¿obligados por la ute? En este sentido, Antonio Abad apunta que los trabajadores de estas subcontratas "están entre la espada y la pared, porque si dicen algo les van a despedir y van a traer a otros en las mismas condiciones". Según este veterano de la construcción, "otro problema añadido que nos encontramos es que las empresas que normalmente cumplen, como Altuna y Uria, que es bastante legal, en el momento que está en una UTE con otras empresas, la situación cambia. Ellos ponen la excusa de que la UTE les obliga, pero yo les digo que la UTE son ellos, que forman parte de esa unión de empresas".
"A mí -continúa Abad-, una de las cosas que me fastidia es que te dicen a la cara que somos caros. ¡Sois caros! ¿Caros? Claro, respecto a otros. Aquí lo que se está premiando es a las empresas que no aplican el convenio. Porque, claro, cada vez hay más de las que no cumplen y obligan a las que sí lo hacen a entrar en sus precios".
"Efectivamente", continúa Bezunartea. "El compromiso para atajar esto tiene que ser de todos, incluidas las instituciones, porque partimos de una rebaja media del 32 ó 33% sobre el precio de licitación y eso, teniendo en cuenta que en materiales no se puede rascar, porque todo está muy controlado, lleva a que tiren siempre del mismo lado... la mano de obra".
¿Algún ejemplo? "Aquí hay una empresa portuguesa que coge los trabajadores en origen y es la que se encarga de llevar a la obra distinta gente. Es una empresa de mano de obra. Se pone en contacto con las UTEs y va rotando a esta gente. Una empresa le dice, yo necesito quince, y le manda quince. Y si no te gustan dos, te los cambia. La facilidad que le dan a las empresas, es que mientras a mí me tienen que mantener todo el año, a esos, en el momento que se les termina el trabajo, les dicen fuera y les mandan a otro lado. Así funciona", dice Abad.
Surge una pregunta para ellos: ¿Creéis que es rígido el convenio de Gipuzkoa? "Creo que no, porque cuando te dicen que vayas un sábado, vas; que son dos horas, pues también. Sabes cuál es la cuestión... Aquí ningún obrero se ha negado a trabajar, pero si va, cobra lo que marca el convenio. Estamos disponibles, pero no a cualquier precio".
 
La hora extra. El convenio de Gipuzkoa fija en 12 euros el precio de la hora normal y a 25 la hora extra, mientras que los sindicatos denuncian que muchos empleados de subcontratas trabajan todas las horas a un precio fijo, entre siete y diez euros, que incluyen, además, las vacaciones y las pagas extraordinarias. Es decir, les pagan todas las horas al mismo precio, lo que da pie a jornadas de 10 y 12 horas.