viernes, 6 de febrero de 2015

ELA inicia una nueva campaña contra la explotación laboral en la obra pública


ELA inicia una nueva campaña contra la explotación laboral en la obra pública

ELA con el 55% de representación en el sector de la construcción de Gipuzkoa ha presentado este viernes en la asamblea de delegados y delegadas celebrada en Donostia, la nueva campaña para denunciar las irregularidades en la obra pública.

Presentación de la campaña "ERAIKUNTZAN ESPLOTAZIORIK EZ!!"

BUENAS NORMAS SÍ, PERO….

En estos últimos tiempos hemos asistido a una indudable mejora del apartado normativo que regula la obligación de mantener unas condiciones sociolaborales dignas y ajustadas a la legalidad en el seno en la obra pública. Cuestiones como la reciente Norma Foral validada por los tribunales, la ILP (Iniciativa Legislativa Popular), u otros acuerdos tendentes a incidir en lo mismo, han supuesto un importante avance a la hora de disponer de una adecuada herramienta legal al respecto.

No debemos olvidar tampoco que nada de ello habría sido posible sin la absoluta dedicación, compromiso y permanente denuncia de ELA ante los diversos y sangrantes casos de abuso que se vienen registrando. La explotación inhumana y hasta la sangre vertida por los damnificados de la siniestralidad laboral, han sido el sustrato sobre el que hoy se asienta lo positivo de esas  normativas.

Sin embargo, nos vemos obligados a reseñar que de la letra de dicha legislación a la praxis diaria que se sigue llevando a cabo en muchos tajos, sigue habiendo un considerable trecho. Y ello no es sólo posible por la existencia de empresas “insumisas” a la hora de respetar la legalidad. No, en demasiadas ocasiones es la propia institución o administración la que practica un “autismo social” poco o nada coherente con las normas de ella emanadas. Nos referimos fundamentalmente a las políticas de adjudicación, ejecución y plazos de obra. Ofertas sospechosamente “económicas”, plazos de ejecución irresponsablemente cortos vinculados a maniobras electoralistas, etc., siguen prevaleciendo sobre la cuestión sociolaboral.

Tan importante como la implementación de una normativa adecuada es actuar con carácter preventivo, rechazando “ofertas” temerarias basadas en el barato-barato y estableciendo plazos de ejecución sensatos. Ello daría una considerable garantía previa a la posterior vigilancia efectiva sobre su cumplimiento.

Si este procedimiento no se sigue con escrupulosidad, la explotación, siniestralidad laboral, fraude y destrucción de empleo seguirán siendo una constante en el sector…..con normas, o sin ellas.

No nos duelen prendas a la hora de reconocer la importancia de las normas citadas; no en balde hemos sido firmes impulsores de las mismas. Son vitales a la hora de disponer de una base jurídica consistente frente a determinados incumplimientos e irregularidades, pero no debemos olvidar que también en las fases previas a la realización efectiva de la obra (presentación del pliego de condiciones y adjudicación) hay que evitar el “autismo” administrativo al que más arriba hacemos referencia.

Y es que esperar que, en una tesitura de crisis como la actual, las denuncias procedan con carácter general de los propios trabajadores afectados, es una entelequia. Hay verdadero terror a que cualquier queja o denuncia se traduzca, como sucede con frecuencia, en el despido o la no renovación del contrato. Y, claro, algunas empresas utilizan esta estrategia como método de aviso a navegantes. Así, se cierne un oscuro manto de silencio, sólo roto ocasionalmente por la tragedia del accidente laboral consustancial a esas penosas condiciones.

Campaña de ELA en la obra pública

La norma está clara y hay que cumplirla. Han pasado ya los tiempos de avisos e interminables reuniones para hacer pedagogía sobre su cumplimiento. A partir de ahora, instituciones/administraciones, por pasiva y empresas incumplidoras, por activa, van a ser nuestro próximo objeto de denuncia. No esperen llamada previa advirtiéndoles de las posibles consecuencias de lo que ya saben, ocultan o amparan. Cada posible incumplimiento tendrá su movilización pública inmediata.

Publicitar las virtudes de las normas resulta simple propaganda política cuando después se recibe con incomodidad y desagrado en las instituciones la coherencia de ELA a la hora de detectar las irregularidades y proceder a su denuncia. En el camino hacia el cumplimiento de estas normas las instituciones nos pueden tener como aliados….o como enemigos. Nosotros preferiríamos lo primero, pero estamos preparados también para lo segundo. No lo duden.

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